¡No hay nada que celebrar! Así de triste, de cruel es la realidad de la comunidad migrante en los Estados Unidos. Y este pensamiento, que está retumbando en la cabeza de quienes vinieron tras su sueño americano, se ha convertido en la sentencia de que todo ahora es una verdadera pesadilla.
Unos han terminado deportados, otros han decidido irse antes de caer en las manos de inmigración y los demás viven con pánico y miedo por lo que les pueda ocurrir con los operativos migratorios de la administración del presidente Donald Trump.
De este caos no se salvan ya ni siquiera lo que tienen papeles. Con mucha fuerza anunciaron ir de frente contra la migración indocumentada porque, según el gobierno, eran los responsables del crimen y todo lo malo que había en el país, pero en apenas unas pocas semanas, ni los que tienen Daca, TPS, visa de trabajo, residencia permanente y ciudadanía se salvan de caer en las manos de las autoridades.
Si luce como inmigrante, su estatura, color de piel, rasgos particulares y origen étnico, son “indicios” suficientes para ser el blanco de ICE o de cualquier otra entidad de gobierno encargada de hacer cumplir las metas impuestas por sus superiores. ¡Y así, vivir se torna casi imposible!
Es un duro golpe a la salud emocional de millones de inmigrantes. Por eso hay gente que ya no quiere salir de su casa. Otros salen apenas a cumplir con su trabajo. Muchos han preferido retirarse y dejar de recibir un salario con tal de no correr riesgos.
Son muchos los eventos que se han cancelado para no poner en peligro a la comunidad. Ni siquiera la Virgen de Guadalupe se ha salvado de este drama porque en algunas partes del país, organizadores de homenajes a la morenita del Tepeyac prefirieron no hacer nada para mantener a salvo a sus fieles creyentes.
Y es que aunque la fe mueve montañas, estar seguros vale mucho más. En algunas iglesias los nacimientos (pesebres) que se quedaron sin el niño Jesús, la virgen María y San José, porque fueron deportados o están arrestados, así lo dicen los sacerdotes y pastores que de esta manera están protestando contra la persecución racial que se vive en los Estados Unidos.
¿Y entonces con este panorama desolador como puede ser una alegre navidad? ¡Imposible! Muchas familias se han roto en mil pedazos. Niños se quedaron sin sus padres. A otros los tienen en un centro de reclusión. Algunos más se tuvieron que ir del país donde nacieron. De alegre ya no tiene nada. ¡En muchos hogares será una negra y amarga navidad! (Increíble que todavía haya personas a las que les valga madre el dolor de los demás)
Crédito: Shutterstock.com
El miedo se apodera de los migrantes ¡Triste Navidad! Persecución racial en Estados Unidos
Publicado por Contacto Total el 11 Dic 2025
Publicado